El niño del espacio.
El sol apenas comenzaba a iluminar el horizonte cuando los técnicos de la plataforma de lanzamiento empezaron a preparar la nave espacial, el flamante ROCKET PI 001, dispuesto a realizar su misión. El aire estaba impregnado con un zumbido de actividad mientras los equipos de tierra se movían con precisión, realizando los últimos ajustes y verificaciones antes del despegue.
En la base de la nave, los motores ronroneaban a la espera, listos para desatar su fuerza implacable una vez que recibieran la orden. Los ingenieros supervisaban atentamente cada indicador, asegurándose de que todo estuviera en perfecto estado de funcionamiento para el viaje hacia lo desconocido.
Mientras tanto, en la torre de control el piloto, el comandante Pi, se preparaba para ingresar en la cabina junto al capitán Carlino Termofusión. Con un traje espacial ajustado y un casco bajo el brazo, ascendió por la escalera metálica que conducía a la entrada de la nave. Cada paso era firme y decidido, lleno de anticipación por lo que estaba por venir.
Una vez dentro, el comandante Pi se aseguró de que todos los sistemas electrónicos estuvieran en línea. Con un toque experto, activó los paneles de control y se sumergió en el zumbido familiar de las computadoras de a bordo. Conexiones verificadas, comunicaciones en línea y sistemas de navegación en sincronía. Todo estaba listo para el despegue.
Todos los derechos reservados | Ignacio Junquera